segunda-feira, 22 de maio de 2017

El cuidado y otros lugares comunes en acciones colaborativas y relacionales



Ligeya Daza Hernandez


 (El arte es para este mundo, tiene que ocuparse de lo que en el ocurre, sea cual sea su trivialidad. Ardenne)

La puesta en marcha de prácticas y dispositivos de cuidado mediante acciones colaborativas, contextuales e dialógicas, para un abordaje temático de la desigualdad social como marco referencial para la construcción de mundo, es solo una de las apuestas que continuamos teniendo en común muchas personas, El arte tiene que ir ligado a las cosas de todos los dias, producirse en el momento, en relación estrecha con el “contexto” precisamente (Ardenne, 1962, p. 10)

Concentrarnos en el cuidado como elemento generador de transformaciones vitales, la busqueda por la implementación de unas prácticas pedagógicas transdisciplinares de intervención social en diferentes contextos, en diferentes lugares, enfocadas en la construcción de criterios y categorías que revisen roles y formas, soñando mundos posibles, conectadas por los deseos mas romanticos pero no imposibles en concordancia con la propuesta del a propósito de los diez años del movimiento antiglobalización acción colectiva transnacional  

una red de fuerzas sociales transnacionales motivadas por su interés por el medio ambiente y los derechos humanos, la hostilidad frente al patriarcado y una visión de la comunidad humana basada en la unidad de diversas culturas que buscan el fin de la pobreza, la opresión, la humillación y la violencia colectiva (Bringel y Muñoz, 2010, p. 39).

La busqueda por un aporte en la construcción de nuevas formas de leer el poder, el conocimiento y el saber, para la construcción de una sociedad que opte por lo colectivo como forma de accionar en el mundo. En este escenario, el arte contextual como dispositivo pedagógico de intervención social es un elemento clave que amplía las posibilidades de la vida, permeando territorios diversos y dinámicos. De nuevo el llamado fundamental del artista como generador de formas, aunque

Mas que un seremonioso de las formas, el artista, figura ahora implicada, se transforma en personalidad cuya acción es a la vez


activista y crítica – personalidad “incidente”, dice otro artista britànco John Latham – y cuya posición, mas social que retraida en el estudio, se requiere a la vez comprometida perturbadora y vigilante el que “vigila los hechos y escucha los ruidos” (Bringel y Muñoz, 2010, p.16)



Se torna esencial identificar y promover prácticas de cuidado en el marco tambien del asi llamado arte contextual desde el saber de lo cotidiano, vistas como potencias que promueven formas de pensamiento y luchas emancipadoras por la diferencia, con una perspectiva de cuidado y equidad, en la trasformación de imaginarios sociales. Encontrandonos  aquí de nuevo en lugar comun
El termino de arte contextual entendemos el conjunto de las formas de expresión artística que difieren de la obra de arte en el sentido tradicional: arte de intervención y arte comprometido de carácter activista, arte que se apodera del espacio urbano o del paisaje, estéticas llamadas participativas o (Bringel y Muñoz, 2010, p. 10)

Con la intención de una propuesta pedagógica alternativa transdisciplinar de cuidado, nos encontramos en dispositivos creadores que se desarrollan a través de acciones colaborativas, contextuales y dialógicas que posibilitan, en diferentes contextos la apuesta por un proceso de pedagogía social de transformación.
Pues a pesar del constante conflicto y de su incursión paulatina en las prácticas vitales, en el mismo espacio-tiempo, la existencia de las personas discurre y con ella su participación activa en la creación y transformación del mundo, en mantener lazos, relaciones, posibilidades desde la cotidianidad y el afecto, razón por la cual en nuestros territorios aún fluye la vida. Una conexión glocal, cuyo lema pensar globalmente, actuar localmente (Bringel y Muñoz, 2010) Al respecto, Ernest Boesch (1991) afirma que la acción es el territorio en el que la vida habla a través de los seres humanos, convirtiéndola en un proyecto, en una posibilidad de porvenir. La acción no tendría como único propósito el conocimiento. Su proceso, en sí, es conocimiento no racional.

El uso del discurso sobre lo cotidiano también se ha convertido en otro lugar vaciado de sentido; la célebre frase de “todo ser humano es un artista” (BEUYS, 1972), que si bien tuvo alta repercusión, sería importante repensarla entendiendo también que todo artista es un ser humano y se encuentra localizado en un lugar desde el cual pretende dialogar. Es preciso señalar que las formas de hacer de las personas en su cotidianidad se han instrumentalizado al servicio de prácticas artísticas, instaurando de esta manera unas propiedades estéticas y políticas del arte (RANCIÈRE, 2009), convenientes e instaladas en mercados globales.
No obstante sobre los nuevos modos de hacer en la producción y creación artística, las acciones artivistas plantean la posibilidad de unas prácticas artísticas ya no orientadas hacia el objeto o el producto, sino que cobran significado a través de su proceso de realización y recepción, buscando empoderar a las personas y colectivos que participan de ellas (BARRAGAN, 2003). Procuran el agenciamiento de cada quien desde sus propios saberes, en la vía de potenciar sus capacidades y la de los grupos que constituyen, de auto crearse de manera constante, generando conciencia de esto en las comunidades y respondiendo a modelos educativos alternativos en el que además de asumir posturas sobre distintas problemáticas sociales, se busca que la puesta en escena llame a la reflexión permanente.     
Si entendemos las prácticas artísticas enfocadas en el cuidado como acciones dinamizadoras de conexiones y relaciones, de una perspectiva eco-organizadora, podremos pensar que, 
osistema” (MORIN, HULOT, 2008, poscada obra de arte en particular sería la propuesta para habitar un mundo en común y el trabajo de cada artista, una gavilla de relaciones con el mundo, que generaría por su vez otras relaciones, y así sucesivamente hasta el infinito” (BOURRIAUD, 2006, p. 23)
Relaciones que conecten cada vez más lo que conocemos como arte, con nuestro universo cotidiano, que hagan crecer la existencia a través de un cuidado que se extienda en redes solidarias por todo el planeta.


 

 

El cuidado y otros lugares comunes en acciones colaborativas y relacionales

Ligeya Daza Hernandez   (El arte es para este mundo, tiene que ocuparse de lo que en el ocurre, sea cual sea su trivialidad. Arden...